Estamos transcurriendo los días más fríos en lo que va del año. Y, lo mismo que en los días más calurosos: OTRA VEZ LOS CORTES DE LUZ, que por supuesto, traen aparejados LOS CORTES DE AGUA.
Al mejor estilo colonial, en que los aguateros repartían ese vital líquido a los vecinos; es ahora el gobierno nacional, quien reparte bidones de agua, ojo, solo dos bidones por familia en pleno Caballito, corazón de la ciudad.
Sin ánimo de molestar a nadie, ¿es concebible vivir en pleno siglo 20, en un país tan avanzado (a decir del gobierno), sin agua y sin luz ante la mínima demanda que supere la habitual? ¿Es correcto que se gasten miles de millones de dólares para construir un Centro Cultural y no esté garantizado el suministro de agua en plena Capital Federal? ¿Qué se inviertan cifras siderales en Fútbol para Todos y no pueda haber una eficiente distribución de energía eléctrica?
¿Es correcto qué ante estas bajas temperaturas y gracias a haber podido comprar un nuevo calefactor porque aparentemente hay abundancia económica, no se pueda usar esa nueva estufa sencillamente porque no hay luz?
Corresponde decir que la responsabilidad es pura y exclusivamente del gobierno nacional. A no confundir las jurisdicciones. Es el gobierno nacional quien no invirtió, quien no supervisó, quien ignora a los vecinos y le lleva agua a cuenta gotas con aguateros del siglo 21 o le coloca insufribles generadores de electricidad en los meses de verano.
Tengámoslo en cuenta, justamente en estos momentos tan próximo a las elecciones. Cabría plantearse ¿Esto es lo que quiero para mi ciudad y para mi país?
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