El sábado 26 de enero, a pesar de las altas temperaturas que superaron los 35 grados de sensación térmica, un nutrido grupo de vecinos se dieron cita para asistir la Visita Guiada convocada por la Revista Horizonte y el Periódico ABC. Marina Bussio tuvo a su cargo los relatos y las diferentes historias que se fueron desgranando a lo largo del paseo.
Lo que hoy conocemos como Barrio Inglés es un emprendimiento llevado adelante por el Banco El Hogar Argentino, una entidad financiera enfocada en facilitar el acceso a la vivienda.
En la década de 1920 dicho banco compra las tierras, donde se criaban vacas, y construye el barrio que hoy conocemos. El proyecto se basaba en la construcción y la venta con un crédito hipotecario.
El nombre de esta zona fue impuesto por las inmobiliarias, alrededor de los años ’70. Los vecinos más antiguos siguen defendiendo el antiguo nombre de “Barrio del Banco Hogar Argentino”, justamente, dos de sus calles llevan el nombre de los funcionarios de dicho banco, son los pasajes Nicolás Videla y Antonino Ferari.
El lugar está delimitado por las calles: Valle (al norte), Del Barco Centenera (al este), Emilio Mitre (al oeste) y la Avenida Pedro Goyena (al sur).
Según el mito, los primeros habitantes de esas casas eran personal británico del ferrocarril, pero la información real hace referencia a que las casas fueron compradas por personas pertenecientes a la clase media, comerciantes, profesionales, etc. que justamente aprovecharon ese plan otorgado por el Banco Hogar Argentino y que nada tenían que ver con algún origen inglés.
Las casas, de estilos variados, fueron proyectadas por el ingeniero Pedro Vinent, y los arquitectos Eduardo Lanús, Bilbao La Vieja y Coni Molina. Las construyeron «Parodi y Figuini», según puede verse en las inscripciones en sus fachadas. Todas poseen un pequeño patio delantero, llaman la atención por sus arcadas en punta, sus escudos heráldicos en las ventanas, y la ausencia de garajes.
Con el paso de las décadas, el aumento del valor del suelo y la capacidad de ascenso social, pasaron a ser viviendas de gran categoría, muy apreciadas y de un alto precio de mercado.
Muchas de sus calles aún están adoquinadas y todo el conjunto de las seis manzanas fue declarado “área de protección histórica”, lo que garantiza su preservación, no pudiendo ser modicadas sus fachadas.
Una vez recorrido el Barrio Inglés, el grupo se dirigió hasta la esquina de Emilio Mitre y José Bonifacio, donde concluyeron la Visita Guiada con un paseo en el Tranvía Histórico, para culminar en la esquina de Rivadavia y Emilio Mitre, sitio donde estuviera la histórica veleta del caballito que dio origen al nombre del barrio.
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