UN SIMPÁTICO TOQUE DE COLOR
Acoyte y Rivadavia, sábado 12.30. La marea interminable de transeúntes, los bocinazos y el smog, se suman a los militantes del mercado persa político.
Cada uno ofrece su mercadería, como los viejos buhoneros ofrecían milagrosas pociones que podían hacer crecer el pelo o, curar la tuberculosis.
Entre tanto barullo, tres adolescentes son un bálsamo. Es que siempre el humor y el desenfado es un bálsamo para nuestras histerias.
Con sus caras cubiertas con unas simples cajas que mostraban unos toscos rostros pintados en el frente; tan sólo estaban allí.
Llamaban sin duda la atención de todos. Confundían a todos.
¿Qué partido político habría recurrido a esa argucia publicitaria?
Ninguno. Era pura y simple diversión de tres adolescentes. Quizá algo tan simple que resulte difícil de asimilar entre tanta premura pre electoralista y consumista.
Algún observador podría analizar que los chicos proponían un extraño juego. Casi kafkiano.
En verdad los chicos aportaron un toque de sensatez al resto del, verdaderamente kafkiano, espectáculo de las cuatro esquinas de Acoyte y Rivadavia.
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