ADIOS AL PADRE «CHIFRI»
El padre «Chifri» , Sigrifido Maximiliano Moroder, nació en Buenos Aires en 1965. Ingresó en la Parroquia Santa Julia en 1991 como diácono y luego ejerció su ministerio, ya ordenado sacerdote, entre 1992 y 1997.
Tenía una gran atracción y era muy querido por los niños y los jóvenes. En la misa de aquéllos había un angelito en forma de títere, que dialogaba con los pequeños desde el púlpito. Estuvo a cargo del Grupo Misionero de Santa Julia, donde visitaron, durante varios años, distintas localidades y ciudades de La Rioja. Aquí en Buenos Aires, también con el Grupo Misionero, acompañaba enfermos en hospitales.
En 1998 fue destinado a San José de Flores. Y a partir de 1999, comenzó su actividad en la Quebrada del Toro, provincia de Salta.
En 2004, sufrió un accidente en parapente que lo dejó al borde la muerte. Desde entonces, emprendió un largo y penoso camino de recuperación al que contribuyó su condición de deportista. El padre «Chifri» utilizaba el parapente para trasladarse de un lugar a otro.
Fue recuperándose paulatinamente con mucho sacrificio y continuó su misión.
Se dedicó principalmente a las tareas sociales de los que menos tienen. Así fue como creó El Alfarcito, un establecimiento educativo secundario modelo en el país, ubicado en medio de los cerros y con un importante proyecto de inclusión.
El año pasado, el padre «Chifri» recibió el premio y la bandera de Argentina Solidaria 2010.
Esta mañana, estando en casa de amigos, y luego de realizar sus ejercicios para reestablecerse de una quebradura, sufrió un infarto, del que no pudo reponerse.
Los vecinos del barrio de Caballito que lo conocieron, y la comunidad de la Parroquia Santa Julia a la que perteneció, lo recuerdan con enorme cariño.
Agradecemos la colaboración de Fabián Fernández Pensa
Recuerdo al Padre Chifri, mi hijo fue a la Escuela Monseñor Sabelli y el los contenia y aconsejaba permanentemente, a la hora de jugar recogia su zotana y jugaba al futbol con los chicos. Recuerdo una excurcion que hacia el colegio y yo no habia cobrado el sueldo, con lo cual no podia pagarle el viaje y el estaba muy angustiado porque no iva, entonces le pregunto si le podian dar trabajo en la capilla para juntar la plata necesaria para el viaje, y el Padre le dijo a mi hijo que no se preocupara que igual viajaba.
Hoy mi hijo es padre de un nene de tres años, y siempre que pasamos por la escuela se acuerda del Padre Chifri.
Seguro que Dios lo necesitaba a su lado por eso lo llamo tan temprano.
Reso una oración por el y su familia.