La casa donde vivió el obispo Jerónimo Podestá, ubicada en la Av. Gaona 1367, es una de las construcciones más antiguas de Caballito y según una Ley aprobada por el Senado, próximamente será expropiada.
“Esta casa no sólo contiene una historia de amor, sino la historia de la lucha de Jerónimo y mi mamá y por aquí han pasado infinidad de reuniones que son parte de la historia argentina», afirmó Clelia Luro.
Clelia, recordó que la propiedad fue una de las primeras construcciones de Caballito, comenzó a construirse en 1864 y pertenecía al hijo del mazorquero rosista Ciriaco Cuitiño, en lo que pertenecía a las quintas del oeste.
«Jerónimo y mi mamá llegaron a esta casa cuando regresaron del exilio, en 1982. El lugar estaba casi abandonado y ellos fueron limpiando y reconstruyendo el espacio», detalló.
El entonces obispo de Avellaneda Jerónimo Podestá y Clelia Luro se conocieron a medidados de los 60, cuando ella llegó a ese municipio con sus seis hijas desde Salta, donde había trabajado en la prevención de salud con la población que era explotada en el ingenio San Martín del Tabacal.
«A Jerónimo lo echaron del obispado imputándole la relación con mi mamá pero en realidad fue porque él era una persona absolutamente comprometida con los trabajadores y con los militantes sociales», aseguró Clelia.
Fue recién en 1972, cuando Jerónimo es apartado de la Iglesia, que comenzó una relación amorosa con Clelia, creando juntos la Federación Latinoamericana de Sacerdotes Casados, desde donde lucharon por que el celibato sea optativo.
Jerónimo falleció en 2000 y Clelia el 4 de noviembre del año pasado, y todavía vivía en la casa de Gaona 1367, donde recibía con asiduidad las llamadas del papa Francisco, con quien ambos habían forjado una profunda amistad en la época en la que él se encontraba al frente del arzobispado porteño.
«Lo que soñamos es que este lugar pueda seguir siendo una casa abierta, un espacio donde se gesten cambios, luchas, donde se den proyecciones, se realicen reuniones, debates, donde haya discusión política e interreligiosa para que podamos cumplir con el lema de Jerónimo de `que todos sean uno para que el mundo crea`», concluyó Clelia.
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