La Asociación Amigos del Tranvía y Biblioteca Popular Federico Lacroze es una organización no gubernamental argentina, sin fines de lucro y financiada a través de contribuyentes voluntarios, que persigue el objetivo de conservar, recuperar y volver a poner en servicio viejos coches de tranvía y trenes subterráneos que de otro modo se perderían.
Asimismo, la AAT también se dedica al estudio de la actualidad del tranvía, habida cuenta de la reimplantación de este tipo de transporte en todo el mundo, aprovechando sus cualidades de anticontaminante, de su prescindencia de combustibles fósiles, su uso racional del espacio urbano y la comodidad que ofrece a pasajeros de toda condición.
La AAT reúne a aficionados y estudiosos de dicho país, quienes se dedican tanto a los aspectos de investigación y recopilación de documentación, como a la restauración y puesta en funcionamiento de unidades históricas.
La Asociación fue fundada en Buenos Aires el 16 de julio de 1976 y desde entonces está presidida por el Arq. Aquilino González Podestá. Realiza una serie de actividades culturales y recreativas destinadas a difundir entre el público la importancia histórica y las virtudes actuales de los tranvías.
Uno de los emprendimientos es el Tramway Histórico de Buenos Aires, museo viviente de tranvías restaurados, que desde 1980 funciona todos los fines de semana y feriados por el barrio de Caballito, brindando paseos gratuitos a lo largo de un recorrido de 2 km, partiendo desde la esquina de las calles Emilio Mitre y José Bonifacio.
Hasta acá el material publicado en Wikipedia sobre nuestra querida institución caballitense que hoy cumple 38 años.
Resta agregar que desde que el Tranvía Histórico llegó al barrio, cambió para siempre el paisaje de nuestras calles. Hoy, gracias a un grupo de aficionados y locos soñadores se pudo hacer realidad un proyecto que parecía tan lejano; hoy Caballito es el único barrio de la ciudad que cuenta con este medio de transporte. De esta forma, aquellos que alguna vez lo conocieron, hoy pueden revivirlo y aquellos que nunca subieron a un tranvía, pueden saber como viajaban nuestros mayores.
¡Felicitaciones a Aquilino y sus secuaces tranviarios en estos 38 años!
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