A raíz de la ola de asaltos e inseguridad manifestada por padres, docentes y alumnos de diferentes escuelas de Caballito, tuvo lugar una autoconvocatoria para pedir mayor seguridad . La misma fue cubierta por medios gráficos, radiales y televisivos.
A continuación, reproducimos el artículo publicado por el diario Clarín:
Con precisión y alarma, los padres de varios colegios privados ubicados en el corazón del barrio porteño de Caballito denuncian los robos que sufren sus hijos en el trayecto que hacen de la casa a la escuela. Los hechos ya han sido tantos en lo que va del año que los adultos creyeron que era momento de hacerse oír (otra vez): por eso ayer cortaron la avenida Rivadavia, a la altura de Emilio Mitre, para reclamar mayor vigilancia policial en la zona.
Con carteles cuya premisa era clara (“Seguridad para nuestros hijos”; “Seguridad es nuestro derecho”, entre otros) y al ritmo de varios redoblantes, alrededor de 250 personas se juntaron en la esquina del colegio Marianista (Rivadavia 5652), una de las instituciones educativas cuyos alumnos son presa fácil de los rateros que los acechan cada día.
Los otros establecimientos son el Instituto Social Militar Dr. Dámaso Centeno (Rivadavia 5550); el Canada School (Av. Pedro Goyena 1345); el Colegio San Cirano (Malvinas Argentinas 143) y la Escuela Monseñor Sabelli (Víctor Martínez 62). También en el Instituto Argentino Excelsior (Malvinas Argentinas 35).
En todos los casos sus alumnos padecen lo mismo.
Robos de teléfonos celulares, billeteras, mochilas y todos los objetos que los ladrones puedan llevarse. Generalmente los asaltos suceden en el horario que va desde que salen de clase al mediodía hasta que por la tarde vuelven para las actividades físicas, trayectos que –a diferencia de los de la mañana– hacen sin la compañía de sus padres, es decir, entre las 13 y las 16.
La mayoría de los que sufren los robos son los de los primeros años de la secundaria (de 1° a 3°, aunque los más grandes tampoco se salvan). Sus padres admiten que no son asaltos con armas de fuego, pero siempre hay amenazas con cuchillos y navajas y no suele haber violencia. Lo que no implica que no sea traumático para grandes y chicos.
“Los ladrones saben que los pibes tienen el campo de deportes cerca y conocen el horario en el que se mueven, y los embocan siempre. No estamos en contra de la Policía pero pedimos que haya más vigilancia”, reclamó Anabella, madre de un alumno del Excelsior.
Si bien las autoridades de estos colegios e incluso los padres suelen tener reuniones con el comisario de la seccional 12° de la Policía Federal, Ricardo Grisolía, quienes ayer estaban en la protesta aseguran que la vigilancia es mayor en el horario de entrada de los chicos, por la mañana. “Pero ese es el momento en el que casi todos van acompañados por sus padres, por lo que en general no pasa nada”, aclara Mariana, que manda a sus hijos al Canada y al Excelsior.
Gustavo, con tres hijos en el Canada, cuenta que, cansados de los robos,los alumnos hasta llevan celulares muleto.
“Como saben que les van a robar les dan esos, que son baratos y no los usan”, comenta.
Pero el riesgo para las víctimas no es sólo sufrir un ataque o el trauma de ser víctima de un robo. Para Lorena, madre de alumnos del Canada, hay daños colaterales. “El peligro también es que más de una vez, del susto que se pegan, los chicos salen corriendo y cruzan las calles sin mirar. Ojalá que no pase pero los puede atropellar un auto o un colectivo, porque hay mucho tránsito en la zona.
Esto puede terminar en una tragedia y nada más que por un celular ”, reflexiona, y puntualiza: “El objetivo son los celulares pero les roban hasta las galletitas. Son rateros”.
Los padres reclaman más policías porque “los chicos no pueden hacer ni una cuadra solos que les roban”. Por eso ayer pidieron más vigilancia de la Policía. Cantaron el Himno Nacional y gritaron varias veces: “Seguridad. Seguridad”.
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