El viernes 20 de noviembre, el Área Sociocultural de la Comuna 6 junto con el Almagro Boxing Club, organizaron la conmemoración del Día de la Soberanía Nacional en el Parque Centenario.
El evento tuvo lugar junto al mástil del parque y contó con la participación de la Banda de Música de la Policía Metropolitana. Estuvieron presentes representantes de las instituciones que integran la comisión, vecinos del barrio, alumnos y abanderados del Colegio Divino Rostro, junto a otras instituciones.
La comunera Susana Espósito y Sergio Batista, representando al Almagro Boxing Club, se refirieron al Día de la Soberanía.
Luego de las palabras, se entregaron diplomas de reconocimiento a quienes participaron en este acto y a integrantes de la Comisión de Izamiento de la Bandera en Parque Centenario.
De esta forma tuvo lugar el último acto patrio del año 2015 y de la actual gestión de la Junta Comunal.
Los vecinos lamentan que de los siete integrantes de la Junta, una vez más, sea solo uno quien está presente en los actos, la Dra. Susana Espósito. Es de esperar que la gestión que asumirá el próximo 10 de diciembre tenga una mirada más sensible hacia los vecinos y se acerque a participar en los actos patrios.
A continuación publicamos el texto leído por Sergio Batista, integrante de la Comisión Directiva del Almagro Boxing Club:
Desde su origen, la idea de soberanía tiene tantas aristas como batallas celebradas para consolidar dicho atributo.
En nuestro caso, en un escenario de argentinos a las cosas -como pronunciara el ensayista y filósofo español José Ortega y Gasset-, nos remite a una búsqueda que hasta el día de hoy guarda cuestiones pendientes.
Malvinas es la más dolorosa.
Pero ese ejercicio de la nacionalidad independiente también encierra antecedentes que nos permiten mirar con expectativa y suficiencia el horizonte que aguarda por nosotros, la Patria misma.
Vuelta de Obligado es un ejemplo. Soldados y gauchos, algunos incluso hablando lenguas diferentes, mal armados pero a pie firme, apostados sobre el río nuestro para sostener una consigna que resuena hasta hoy: ¡No pasarán!
Para demostrar algo que bien reflejara San Martín en una carta posterior al combate que, como sabemos, obligó a Inglaterra y Francia a aceptar el dominio de nuestro país sobre las aguas interiores.
«Los argentinos no son empanadas que se comen sin más trabajo que abrir la boca», dijo el libertador de Argentina, Chile y Perú.
Y vaya que no lo somos: 170 años después aquí estamos, frente a la enseña que nos legó Belgrano, para confirmarle al mundo que mantenemos la esencia de la autoridad sobre lo que es nuestro.
Que el orgullo es un valor que nos identifica.
En un día que nos devuelve a aquellos cañones de 1845 gritando libertad desde las barrancas, la historia vuelve a colocarnos frente a otro desafío no menor: hacer uso de nuestra democracia.
Comprometernos con la determinación que aprendimos a respetar desde el fuego y la sangre de esa mañana junto al caudal del Paraná. Argentinos oscuros de pólvora en las costas de San Pedro.
Hoy la prueba de esa autonomía ganada está en el cuarto oscuro. Ejercerla es la herencia de ese combate que todavía resuena en nuestros colores, nuestros himnos, nuestras expectativas.
Desde el Almagro Boxing Club, agradecidos de las gestas, reivindicamos aquel primer intento que nos sigue identificando ante el resto de las naciones.
Y nos esforzamos por mantener en la memoria viva de nuestros compatriotas aquellos sacrificios que ahora nos permiten elegir el destino desde una instancia de paz absoluta.
Sin la necesidad de fundir hierro para los cañones. Sin la obligación de la carga de bayoneta. Sin la incertidumbre que alienta la metralla.
La soberanía la definimos los argentinos por y para los argentinos. Desde una urna que no tendría existencia alguna de no ser por hazañas como Vuelta de Obligado.
Conectarnos desde la evocación con ese 1845 debe leerse hoy como un regalo del destino que nos permite revivir nuestro linaje. También, como una obligación hacia el porvenir a partir del tributo a los caídos.
La soberanía vive en esta, nuestra democracia. En la posibilidad de elegir desde nosotros mismos.
Pero siempre desde aquella consigna que nos puso de pie frente al mundo. Desde las huestes del general Mansilla y el acero frente a la granada. Desde las cadenas que atenazaron las fragatas del enemigo.
Hoy como ayer decimos: ¡No pasarán! Porque la Patria está en cada uno de nosotros. Y el mejor pensamiento para esta tierra, la decisión de libertad, sólo es propiedad de nuestras voluntades.
Potestad hecha latido, en el corazón de los argentinos.
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