Oscar es el farmacéutico del barrio. Un comerciante, un vecino laburante que, supo ganarse la simpatía y el cariño de sus clientes o, mejor dicho, sus vecinos.
Son estos mismos vecinos los que hoy, le están dando una mano. Le pagan por adelantado los medicamentos que le encargan. Pero, quienes más tienen, los laboratorios farmacéuticos proveedores, no quieren alargarle los plazos de pago de los medicamentos. Se mantienen inclaudicables en un plazo máximo de 15 días, no los 60 que necesitaría Oscar para reiniciar su negocio.
¿Cómo llegó Oscar a esto? Muy sencillo, el último 25 de octubre en la madrugada entraron ladrones a su farmacia de la calle Aranguren al 1300. Ladrones conocedores del rubro. No fueron por el dinero que pudiera existir en la caja registradora, sabían que en una farmacia de barrio, poco o nada hallarían. Fueron por los medicamentos más caros, los más lucrativos en el mercado negro.
También se alzaron con anteojos, artículos de ortopedia, relojes y, hasta vacunas que estaban guardadas en la heladera.
El local de Oscar es un escenario de desolación. Con sus estanterías vacías que, por vacías, hasta los sueños de Oscar se llevaron.
Oscar hace quince años que tiene farmacia en el barrio. Primero fue en Avellaneda y Espinosa. Allí le robaron en tres oportunidades. En uno de esos robos, un empleado recibió un tiro de uno de los malhechores.
Luego, hace cuatro años, se mudó a su actual ubicación, Aranguren al 1300. En estos breves cuatro años fue robado tres veces. La del 25 de octubre lo dejó literalmente en la calle.
Fue el diariero que tiene su puesto en Avellaneda y Nicasio Oroño quien, al hacer su reparto, descubrió la puerta del local abierta. Llamó a la policía y, ésta, a Oscar. Los vecinos salieron de testigos para que la policía pudiera entregarle el local a su dueño.
Fueron esos funcionarios policiales quienes le recomendaron al farmacéutico no tocar ni mover nada, así la Policía Científica podría levantar huellas digitales y otras pistas que ayudaran en la identificación de los delincuentes.
Al día de hoy, la Policía Científica no apareció por el local. Una muestra más de la importancia que el ciudadano común tiene para las autoridades del Ministerio de Seguridad.
Tampoco fue, todavía, citado el propietario de la farmacia por la fiscalía ni el juzgado para ratificar su denuncia.
Oscar, sigue estando, atendiendo su negocio vacío. Es que sabe que él es necesario para sus vecinos. Es conciente que está dando un servicio en el barrio. Por eso sigue detrás de su mostrador, haciendo lo que mejor sabe hacer: trabajar.
Sin embargo se toma un tiempo para habar con Horizonte.
¿Piensa usted que este asalto es causa directa del estado de inseguridad de la zona?
Oscar: Seguro, no sólo este sino los otros cinco anteriores. Desde hace años que la zona es tierra de nadie. Sin embargo, en los últimos tiempos han recrudecido los robos, ingresos a domicilios particulares, asaltos y arrebatos en la Av. Avellaneda a la altura del puente y, casi, hasta frente a la Comisaría 13ª.
El enorme paredón de los terrenos linderos a Avellaneda, la cancha de Ferro y las veredas de enfrente, son un lugar peligroso para cualquier vecino. Lo grave es que los delincuentes ya se internaron en el barrio.
¿Piensa que si se construyera el centro comercial sobre la Av. Avellaneda 1400/1500, mejoraría la seguridad en el barrio?
En lo personal no me molesta que se instale un shopping. Pienso que no sólo mejoraría la seguridad, sino que se beneficiaría todo el barrio en muchos aspectos. El mejoramiento de la zona a partir de mayor iluminación y la concurrencia de público al shopping, traería mayor seguridad, porque al menos la policía se vería obligada a custodiar el lugar.
¿Cómo comerciante usted se vería perjudicado por la instalación del centro comercial?
En lo más mínimo. Para un negocio de barrio los shoppings no son competencia. La mayoría de los comercios barriales no venden mercadería que compita con la que está en venta en los shoppings. Menos una farmacia. Además, por más que exista un shopping, la relación de los comerciantes del barrio con el vecino es algo que los grandes centros comerciales no pueden lograr. El vecino le sigue comprando al vecino. Y, a esto hay que agregarle que, una mayor afluencia de público también beneficia al comerciante barrial.
Fue una nota corta, un vecino entró para comprarle a Oscar un medicamento que debía encargar. Se lo pagó por adelantado, Oscar llamó por teléfono al laboratorio para pedirlo. El vecino lo pasará a retirar el miércoles. Los vecinos de Oscar irán al shopping a buscar otras cosas, la amistad y la calidez las buscan en los comercios del barrio. Así ambos pueden convivir.
Por eso los vecinos lo están ayudando a recuperarse. Por solidarios y vecinos, no más.
A Oscar le robaron todo. Su medio de subsistencia y, lo que es peor, sus sueños.
A Oscar no sólo le robaron los ladrones. Le robó el abandono de esa sumergida zona de Caballito. Le robó la ceguera de una minoría que, por una postura netamente ideológica, prefiere mantener un espacio vacío y abandonado que, es el paraíso de los delincuentes.
Ayudó, quizá, a ese robo la decisión de las Mesas de Participación Comunitaria en Seguridad que, extrañamente, decidió levantar la consigna que mantenía la Policía Federal en la Av. Avellaneda y Fragata Sarmiento, en la entrada del puente y en una zona neurálgica para la seguridad de los vecinos.
Quizá los vecinos de Caballito deberían aceptar que les roben hasta los sueños en pos de determinadas ideologías que, irónicamente, se autodenominan “progresistas”.
Agradecemos la colaboración de Liliana Fuente
Lo conozco a Oscar de cuando estaba en Avellaneda y Espinosa. No sabía que le había vuelto a robar. Toda mi solidaridad.
Esto pasa porque desde hace años los retrógados de SOS y varios partidos de izquierda impiden que se construya un shopping allí. No solo mejoraria el lugar sino que habria más seguridad en la zona. Los que ponen palos en la rueda del progreso solo se basan en suposiciones apocalipticas que fueron rebatidas en un suplemento que editaron dos diarios barriales. Los vecinos estamos cansados de ser las victimas de estos zurdos mentirosos.
Seamos solidarios con el farmaceutico y tambien apoyemos la construcción del shoppin en la Av. avellaneda. Los que vivimos en esta zona del barrio y sufrimos los robos somos nosotrs, no los cuatro gatos locos de SOS ni los directivos de Came ni los legisladores que por redito politico e ideologico son la gran máquina de impedir!
Pobre Oscar, toda mi solidaridad con el, pero un poco tendencioso que la 2° pregunta ya se menciones el shopping …
Y la policia de Macri? por que no le exigen al supuesto Ingeniero que gano por onda mayoria en nuestro barrio que movilice a la policia metropolitana a esa zona? NO?
La Policía metropolitana tiene por ahora un número limitado. Tiene una escuela de formación no una fábrica de policías que con aumentar la producción tenemos más. Hay comentarios poco inteligentes o mal intencionados?