El jueves 18 de abril, quedará en la memoria de la gente, como el 18-A, el día en que volvió a explotar la bronca. Una explosión que se extendió por todo el país. En cada ciudad, en cada pueblo rural, se dieron cita en las principales plazas más de dos millones de ciudadanos.
Hubo gargantas lastimadas por gritar sólo tres consignas: el Himno Nacional Argentino, el nombre de nuestro país, “Argentina, Argentina…” y, un rugido acusatorio… “ ¡Ladrones, ladrones!”.
Caballito vio desbordarse el cruce de Rivadavia y Acoyte-José María Moreno por más de ocho mil vecinos, unos tres mil más que en la convocatoria del 8-N.
Fue un estruendoso cacerolazo contra el gobierno nacional. Con muy pocas consignas cantadas y, con profusión de carteles, hechos de forma casera, donde los pedidos estaban circunscriptos a: la independencia de la justicia, la seguridad, el fin del latrocinio y la corrupción y, el hartazgo de la ciudadanía ante la mentira, el autoritarismo y la soberbia gubernamentales.
Sin embargo, tan importante convocatoria, no afectó a aquellos que dicen ir por todo.
En el mismo momento en que los ciudadanos, en la calle, reclamaban por un Poder Judicial independiente, legisladores del partido gobernante, votaban una ley que destruirá al sistema judicial. Una ley que careció de cualquier acuerdo o debate y que fue votada en tiempo record.
Muchos vecinos manifestaban que, así como habían concurrido para expresar su repudio al gobierno nacional, también desean expresar su descontento con la oposición, que debe dejar de lado sus mezquinadades y sepa construir una verdadera alternativa.
En beneficio de la revolución socialista en sudamérica, la consigna debió haber sido: «Cristina junto a Chávez!»
UNA MARCHA EN PAZ, GRACIAS A TODOS LOS VECINOS QUE PARTICIPARON!!
Me encantó ver a mi Caballito querido manifestándose en paz, con más gente que en las anteriores, manifestándose ante tanta corrupción de este gobierno.