Gacetilla emitida por la Legislatura:
La Audiencia Pública con relación a la Ley por la cual se busca aceptar el nombre de «Dr. Arturo Umberto Illia» al Hospital «de Quemados, Cirugía Plástica y Reparadora» llamado así desde 1984, se llevó a cabo esta tarde, en el Salón «Presidente Perón», del Palacio Legislativo.
La ley es de autoría de los diputados/as Martín Ocampo, Enzo Pagani, Raquel Herrero (PRO), Maximiliano Ferraro (CC), y los legisladores/as MC Antonio Campos, Claudio Presman, Oscar Zago y Adriana Montes. Y la mesa principal estuvo presidida por las diputadas Susana Rinaldi (FPP), Lía Rueda, Diana Martínez Barrios y Cecilia De la Torre (PRO).
Marina Bussio, la única inscripta que se presentó, declaró que no está de acuerdo con el proyecto ya que ella propuso la idea en su momento y nunca fue consultada; y además porque «los fundamentos presentados no son lo suficientemente justificativos para que el Hospital se llame así».
Hasta aquí el material publicado por la Legislatura, lo cierto es que el tema merece una mayor explicación.
Nadie cuestiona la figura del Dr. Arturo Illia, emblemático y ejemplar hombre de nuestra historia reciente. Tanto es asi, que, como justo homenaje, una escuela del barrio de Caballito lleva su nombre.
Es necesario explicar, que de los 33 Hospitales que tiene la Ciudad de Buenos Aires, solo uno, hasta ahora, no tiene nombre, y se trata, justamente del Hospital de Quemados, ubicado en la Av. Pedro Goyena 369.
Fue iniciativa de Marina Bussio, directora de esta publicación y miembro de la Junta de Estudios Históricos de Caballito, que este centro de salud tenga un nombre que lo identifique. Asi fue como la propuesta fue tomada por el integrante de la Junta Comunal, Claudio Crespi; quien a su vez, la elevó a su legislador de referencia, Martín Ocampo.
A partir de aquí, quien presentó el proyecto original fue ignorada completamente, nunca se informó sobre los avances, posibilidad de nombres, o cualquier otra novedad.
Lisa y llanamente el legislador radical, se apropió de la idea, la presentó como propia, y decidió homenajear al ex presidente radical, Dr. Arturo Illia.
Quizás, hubiera correspondido, en principio, tanto por parte del comunero, como del legislador, agradecer la propuesta que se les acercó. Y, en segundo término, creemos que también hubiera sido oportuno, que se consultara a los vecinos, a las autoridades del hospital, a la autora del proyecto y a la comunidad de Caballito que propuestas se pensaron como futuro nombre.
Solo por poner un ejemplo, digamos que el Dr. Raúl Hashiba, médico que se desempeñó en el primer equipo de profesionales con que contó el Hospital, en una entrevista publicada por la Revista Horizonte manifestaba:
El ministro Ramón Carrillo, a finales de los ‘40, aceptó el proyecto de un dispensario para quemados del joven médico (cirujano plástico) Simón Kirschbaum.
Lo creó con nivel de Instituto y designó al desconocido Kirschbaum como su director.
Ejercía yo, dice el Dr. Hashiba, por aquel entonces, como practicante mayor en dicho Instituto del Quemado, que ocupaba las viejas instalaciones de la Maternidad Sardá en Viamonte y Uriburu.
Con más pasión que recursos, todos los integrantes del Instituto, desde su director, hasta la cocinera voluntaria, Isabel Brian; quien nos cocinaba ad honorem, nos volcamos a la labor de curar y estudiar.
Tanto de pasión había que, pasados dos años de intenso trabajo, casi nadie estaba nombrado y, por supuesto no cobrábamos sueldo alguno, dependíamos de la solidaridad de los vecinos que nos acercaban algunas vituallas durante las largas guardias.
Una mañana desperté inspirado, producto sin duda de la juventud y la inconciencia. Reuní a un grupo de colegas y enfermeras y les dije: “Vamos a ver a Perón”.
A las cinco de la mañana estuvimos firmes en la Casa de Gobierno, ya que sabíamos que el Presidente llegaba a las seis.
El personal de guardia trató de disuadirnos, pero, con total firmeza expresamos nuestra decisión de ver al Presidente. A las seis en punto el general Perón traspasaba la puerta en dirección a su despacho, con una sonrisa nos saludó y siguió su camino.
Poco más tarde un empleado nos anunciaba que el Presidente dispuso que nos recibiera el capitán Domínguez, una especie de enlace con el Ministro de Salud. Allí mismo el capitán nos cita para una entrevista con el Ministro Carrillo.
El Dr. Carrillo nos vio y dijo: “¿Qué pasa, muchachos?”
Así fue que llegaron los nombramientos. El Instituto del Quemado pasó a depender de la Fundación Eva Perón y, bajo el auspicio de la misma, creció. Tanto crecimos que en poco
tiempo se hizo necesario más espacio.
Envalentonado por el éxito de mi gestión anterior con el Presidente Perón, me fui a ver a la “Señora”. Evita me escuchó y me dijo: “Bueno, pibe, buscá un lugar, e informame”.
Por un par de años seguí buscando un lugar para el Instituto, pero en el ’55 ocurrió la Revolución Libertadora y pasamos a depender de la Municipalidad.
El Dr. Kirschbaum se debió exiliar en Perú, donde fuera distinguido con el grado de coronel del Ejército Peruano.
El Instituto se transformó en el Hospital del Quemado y le fue asignado el edificio del Hospital Bosch, su actual ubicación en Caballito. Este centro de salud había sido construído gracias a la donación realizada por la señora Servillana Martínez de Montarcé en 1922.
Ahora, ya retirado, luego de haber dedicado toda mi vida de trabajo al Hospital de Quemados, sólo me queda una entrevista, va a ser para que se le pongan nombre.
Y mi propuesta será: “Dr. Simón Kirschbaum” o “Fundación Eva Perón”.
Y será justicia”.
Así se expresaba el Dr. Raúl Hashiba. Hoy lamentamos informarle que no se hizo justicia, que la propuesta de un nombre para el hospital fue “robada” y se impuso el interés partidario del funcionario que redactó el proyecto.
Volviendo a la Audiencia Pública, vale mencionar varias irregularidades. En principio quien presidió la Audiencia, la legisladora Susana Rinaldi, interrumpió en varias oportunidades a Marina Bussio durante su exposición, restando tiempo a su ponencia y por otra parte se excedió en su rol de moderadora para emitir opinión y tomar partido, cosa que no corresponde en una Audiencia.
Por otra parte cuando se llamó a exponer al Sr. Claudio Crespi, no estuvo presente, por lo que perdió su derecho a la palabra, sin embargo, se le otorgó la misma al llegar con casi una hora de demora. Crespi realizó una correcta descripción de la figura del Dr. Illia, pero no fundamentó la vinculación de ese nombre con el Hospital del Quemado.
Quizás otro título para esta nota podría ser, “Cuando los políticos roban a los vecinos”.
yyy que queres… estos dirigentes son asi. NO SE LES CAE UNA SOLA IDEA. lA UNICA FORMA DE PRESENTAR UN PROYECTO ES «TOMARLO PRESTADO» POR NO DECIR AFANARLO.
BUENO SERIA QUE ELSEÑOR CRESPI SE DEDIQUE MAS A LOS ESPACIOS VERDES DEL BARRIO QUE ES LA TAREA DE LECORRESPONDE Y MUESTRA UNA INCAPACIDAD ESPECTACULAR.
Felicitaciones Marina!!!
Admiro profundamente al Dr, Illia .
Pero lo que han hecho es una falta de respeto a quienes conocemosla historia de nuestro querido Hospital y a tanta gente que dio su vida por el.
El Hospital del Quemado se lo debemos a Eva Peron y a tantos excelentes profesionales que pelearon denodadamente por el.
Que tiene que ver el Dr. Illia?
Propongo que se concidere la opinion de los vecinos y se los convoque a opinar sobre el nombre del Hospital.
Por ejemplo, podría ponerse una caja en el hal del hospital y que los vecinos, y el mismo personal del hospital puedan expresarse.
Sino caemos en que si el diputado es radical le ponen el nombre de un radical, y si es peronista un nombre peronista y si es de otro partido le ponen el nombre de un dirigente de ese partido. Y un hospital no es un coto de caza para que hagan eso.
Aclaro que estoy convencido que no hubo figura mas correcta en el sillon de Rivadavia de Arturo Illia, pero lo justo es justo.
Marina, un consejo de un colega que respeta tu trabajo y te quiere bien: NO LES DES MAS IDEAS. En nuestra comuna pasa lo mismo.
Ya se quisieron apropiar de tu propuesta de festejar el Dia de Caballito que la instalaste vos. También se apropiaron de la Canción de Caballito, yo estuve en el Parque Rivadavia cuando vos presentaste la idea a los vecinos. Ahora te roban esto del nombre del Hospital de Quemados. Se que trabajaste junto a Héctor en la Bandera Caballitense ¡NO PERMITAS QUE TAMBIEN TE ROBEN ESO! y no les des más ideas.
Adelante!!!!! siempre trabajando por el barrio!!!!!
Sí, es verdad da mucha bronca cuando aquellos que participamos en temas que benefician al barrio aportando ideas, NO DEMOS MAS IDEAS, porque hago este comentario? el diario ABC cuyo director es el señor Arnaldo Goenaga, hizo reportajes a los comuneros de la comuna6, entre ellos al presidente comunal, donde le preguntan ¿Cuál es su aspiración política? responde sus aspiraciones políticas pero, entre sus aspiraciones dice: también tengo aspiraciones para el barrio, mi deseo es que en Caballito haya un teatro. Creemos que ya tenemos el espacio físico, estamos trabajando en conseguir financiamiento. Le informo al presidente comunal que ya había un proyecto, área sociocultural a cargo de Dorita Nocera, por parte de dos vecinas que con asistencia perfecta concurríamos al Presupuesto Participativo, en el cual presentamos un proyecto para que el barrio de Caballito tenga un teatro propio, contábamos con el lugar, pero la burocracia política y a pesar de nuestros insistentes pedidos, reuniones mas reuniones en la legislatura, no nos escucharon. Es una gran verdad NO DES MAS IDEAS,PORQUE SUCEDE LO DE SIEMPRE, SE LAS APROPIAN.
Si totalmente de acuerdo con la Directora de Horizonte, con Claudio y la Sra. Ana Paulino. No se les cae una idea propia. Los vecinos somos los que tenemos la iniciativa y trabajamos para que se lleve adelante y después son ellos los que su cuelgan las cocardas. Un ejemplo mas, la remodelación del Parque Centenario, fueron años de trabajo de un grupo de vecinos que nunca recibieron el apoyo del Sr. Marcelo Iambrich, fueron los vecinos los que presentaron proyectos al Ministerio de Ambiente y Espacio Público, fueron los vecinos los que tuvieron infinidad de reuniones con la Subsecretaria de Mantenimiento de Espacio Público junto a directivos de las instituciones que rodean al parque, fueron los vecinos los que pusieron la cara y el cuerpo cuando
un grupúsculo organizado se oponía a la colocación de las rejas mientras este Sr. vacacionaba en EE. UU.y después de todo esto, hubo que escucharlo decir que la remodelación del parque fue gracias a su gestión. En pocas palabras no tienen vergûenza pero de lo que se olvidan es que los vecinos tenemos memoria.
¿Porqué no respetar el viejo nombre del lugar que llevaba el de un médico que hizo algo por la historia del país , desde el punto de vista médico, aunque en esta época en la que ignoramos todo lo que pasó en el siglo 19 y solo sabemos los que nos quieren contar en tiempos de nuevos relatos de la historia.
Propongo que volvamos a llamarlo Hospital Dr. Juan Bosch como se llamaba antaño ya que el viejo Dr. algo habrá hecho de bueno para que un hospital lleve su nombre y dejemos los nuevos nombres para lugares nuevos a construir. No es bueno cambiarle los nombres a los viejos lugares por modas políticas de ningún signo. Los hospitales deben llevar nombres de médicos que son los que hicieron la gran historia de la medicina en esta gran patria argentina, no de políticos. Propongo además que recuperen sus nombres los hospitales Fiorito, Mariano Castex y Enrique Finocchieto. Gran abrazo. .