En septiembre de 1928, ante una importante crisis económica, los taxistas porteños comenzaban a sentir la falta de pasajeros. Así fue como, reunidos en un café un grupo de taxistas comenzaron a analizar diferentes posibilidades para darle algún empuje a su actividad.
De estas reuniones surgió la idea del «taxi colectivo», y en septiembre de 1928 en la misma esquina donde se juntaban, Lacarra y Rivadavia, comenzaron a ofrecer un viaje hasta Caballito por 20 centavos, lo que significaba la quinta parte de lo que hubiera costado en taxi por esa misma distancia.
Así fue como un 24 de septiembre de 1928 partió de Flores el primer colectivo, llegando a Primera Junta. La capacidad era de cinco pasajeros, uno junto al conductor y cuatro atrás.
Fue tal el éxito de este “invento porteño” que en poco tiempo se llegaron a contabilizar más de quinientas unidades. Una década después el “taxi colectivo” desaparecería y quedarían diferenciados los taxis de los colectivos.
Para 1932 la Municipalidad reglamenta el servicio y se establecen 75 líneas diferentes, cada una con su recorrido.
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