MURALES DE ANATOLIO SOKOLOFF EN LA GALERÍA RIVADAVIA

Invisibles para muchos de los que allí pasan, en la Galería Rivadavia de Av. Rivadavia al 4900, la primera del barrio, existen tres murales de Anatolio Sokoloff.
Son difíciles de apreciar debido a la falta de perspectiva necesaria para visualizarlos correctamente, dado que en el centro del paseo comercial se ubica una hilera de locales, que dificultan su observación.
Representan tres etapas de la nuestra historia: «El descubrimiento de América»; «La Vida Colonial» y «El Puerto de Buenos Aires».
En rigor de verdad, no son murales, sino enormes cuadros, de casi tres metros de altura; divididos en paneles y colocados en sus paredes.
En todos se puede ver la firma de su autor: Anatolio Sokoloff, y el año de la obra: 1956. Ese fue el año de inauguración de la Galería Rivadavia.
Ahora bien, ¿Quién fue Anatolio Sokoloff?
Nacido en Petrodvorets en 1891. Hijo de nobles rusos, siguió, junto a sus hermanos, la carrera militar. Ingresó durante la Primera Guerra Mundial en el cuerpo de aviación del Zar.
Además de la militar, Sokoloff tenía una fuerte vocación artística. Así fue como se dedicó, en sus tiempos libres a pintar sobre la historia militar rusa, sus héroes y próceres.
Sus cuadros se caracterizan por el «giagantismo», ya que todos poseen medidas superiores a los dos metros de altura, la obra, principalmente se refiera a la épica histórica militar.
Durante la Revolución Bolchevique fue asesinado su padre y un hermano, mientras que otro hermano, el mayor, fue dado por desaparecido.
Anatolio Sokoloff fue encarcelado y deportado a Crimea, junto a su madre y hermana. En la Segunda Guerra Mundial, los alemanes invaden Crimea. Sokoloff , entonces, se disfraza de soldado rumano y su esposa, de enfermera. Así logran pasar las líneas rusas y alemanas y, llegar a Suiza, donde sobrevive enseñando dibujo.
En 1947 emigran a Argentina. En nuestro país estudia la historia argentina y realiza trabajos sobre nuestros próceres, a la vez que enseña dibujo y pintura.
En 1950 se organiza un concurso sobre el General San Martín, por el «Año del Libertador». Sokoloff, al no ser ciudadano argentino no puede participar, pero igual presenta, fuera de concurso, un cuadro del Libertador cruzando los Andes. A pesar de no participar del concurso, se le otorga la medalla de oro, por la calidad de su obra. En la actualidad su cuadro se encuentra en el palacio legislativo bonaerense.
Los trabajos realizados en Argentina, y adquiridos por los gobiernos provinciales, lo llevan a figurar en la prensa internacional.
A causa de su aparición en diarios y revistas de la época, recibe, en 1961, una carta de su hermano desaparecido en la guerra civil rusa. El mismo se hallaba radicado en California.
Entablada y restablecida la comunicación con su hermano, Anatolio se instala en Estados Unidos.
Como lo hiciera en Argentina, estudia e investiga la historia de los Estados Unidos. Comienza a producir una enorme cantidad de obras que, precedido por su éxito en nuestro país, son expuestas y adquiridas por entidades estatales y privadas.
La mayoría de sus pinturas relatan episodios históricos y muestran a héroes, patriotas y próceres norteamericanos.
Sus cuadros se encuentran en la mayor parte de los edificios estatales de los cincuenta y dos estados de aquél país.
En 1971, Sokoloff fallece, dejando una importante y valiosa obra en los EE.UU. Hoy, figura como uno de los más importantes pintores épicos- militares del mundo. Siendo el país donde vivió sus últimos años, la que se atribuye su nacionalidad.
Sus obras se cotizan, actualmente, en cifras millonarias en dólares, debido a la dificultad en conseguir alguna.
Quizá, los murales de la Galería Rivadavia, fueron hechos por Sokoloff, como un simple encargo que le permitiría subsistir algunos meses, aportando algo más de dinero a sus magros ingresos como profesor de dibujo y pintura. Ironía que tiende a repetirse con muchos artistas.

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