En el año 1810 el Cabildo manifestó su inquietud por el estado de este camino, y se ordena su reparación.
En 1817 se crea la Comisión Gubernamental de Caminos y son reparados algunos tramos especialmente en los que son actualmente los barrios de Almagro, Caballito y Flores.
Como mano de obra para el arreglo de los caminos se utilizó a los marineros brasileños, prisioneros de guerra.
En el año 1835, el gobernador Rosas, dispone denominar “Camino General Quiroga” al tramo de la actual Rivadavia comprendido en el partido San José de Flores.
Es interesante señalar que en aquel entonces, el trayecto comprendido entre Plaza Miserere y la actual Av. La Plata, el camino seguía un curso oblicuo que correspondía, con bastante aproximación, a la traza de la actual calle Hipólito Yrigoyen. Algunos propietarios de quintas allí emplazadas permitieron el uso de un atajo recto a través de sus fincas, por el que cobraban un excesivo derecho de peaje.
Esta situación fue estudiada por el gobierno y se procedió a la expropiación de esos terrenos, concretándose la rectificación del Camino Real.
Después de Caseros el camino recuperó su antiguo nombre, Camino del Oeste, pero todos los proyectos por mejorarlo se diluían sin concretarse. El camino exigía constantes cuidados y fuertes inversiones de dinero.
En 1890, con motivo de la incorporación del partido San José de Flores al municipio de la Capital, se resuelve corregir la numeración de un tramo del camino, fijándose como impuesto un peso moneda nacional por cada chapa.
Luego de su incorporación a la Municipalidad de la Capital, el Camino del Oeste pasó a llamarse Avenida Rivadavia. La ordenanza del 28 de setiembre de 1897, le asigna el nombre actual a toda su extensión.
Su nombre original fue Camino a los Reynos de Arryba, y luego Camino Real.
Era la vía obligada que unía la ciudad de la Santísima Trinidad y el pueblo de San José de Flores.
Fue, hasta fines del siglo pasado zona de hermosas quintas y palacios, como la quinta de la familia Lezica (que se extendía desde Av. La Plata hasta Centenera) o el Palacio Carú, ubicado en la esquina con Nicolas Repetto (antes Añasco).
Demás está decir que debe su nombre a Bernardino de la Trinidad González Rivadavia (1780-1845), político, presidente de la Argentina de 1826 a 1827.
En la actualidad a lo largo de las 22 cuadras que atraviesan el barrio, la avenida Rivadavia presenta diferentes aspectos.
Hay una importante concentración comercial en su cruce con José María Moreno-Acoyte, que se extiende hasta Primera Junta. En esas cuadras se puede apreciar un intenso movimiento bancario con entidades de primera línea.
También en esas cuadras han proliferado en los últimos años la modalidad de venta conocida como “manteros”, quienes, ademas de hacer uso ilegal del espacio público, venden productos de dudosa procedencia y compiten en forma desleal de los comerciantes, que en su mayorìa, son vecinos del barrio.
El paisaje que ofrece la avenida es de lo más variado, hasta puede verse en algunas de sus cuadras, los fines de semana pasar el tranvía como salido de una postal.
A lo largo de su recorrido conviven importantes negocios, algunos de marcas exclusivas. En los últimos años se han instalado marcas como Nike, Adidas, Audi, Fravega, Garbarino, solo por nombrar algunas.
También encontramos a la altura de Primera Junta, dos de los comercios más antiguos del barrio, uno de ellos es el Mercado del Progreso, del año 1889 y también la Panadería Roma-
Evidentemente esta arteria, eje de nuestro barrio, y de la ciudad, tiene vida propia dada la intensa actividad económica, cultural , social y recreativa que encontramos en todo su trayecto.
Gustavo Fring
Rivadavia y José María Moreno
Gracias Gustavo por tu colaboración.
Invitamos a los vecinos caballitenses a colaborar como cronistas de esta página aportando sus notas y recuerdos sobre el barrio.